Sísifo, de Manuel Forega

 

La nada fecunda lo inmóvil.
Pero ninguna razón revela
la fertilidad de lo inmóvil.

¿Es nada la piedra?
La piedra lapida el río y frunce su cauce.
Si arma para la muerte,
lápida es sobre el tiempo de la desaparición
y pretexto de la palabra ausente.

He conducido la piedra al precipicio
para deshacerme de lo inerte;
dispuesto un túmulo de pizarra
donde brillara el sol;
he pulido lascas para el fuego;
reunido pómez para la lluvia.
La piedra es, como es una vida
redimida de su hastío estéril.

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